La Haine
PETRAS: Comentarios para CX36 Radio Centenario del sociólogo norteamericano, Prof. James Petras desde California, Estados Unidos. Jueves 28 de enero de 2010. www.radio36.com.uy
Chury: Petras buenas tardes, ¿cómo estás?
Petras: Muy bien aquí, con el sol y unos 20 grados, de un lado los árboles de palmas y más lejos las montañas con un poco de nieve en sus picos. Es una vista preciosa que tengo aquí hoy y los próximos días antes de volver al Polo Norte en Nueva York.
Chury: Muy bien Petras. Me imagino que a pesar de todo y por más que viajes a donde viajes, siempre estás atento a todos los hechos del mundo. Te quería preguntar justamente cuál hecho te está ocupando en el presente.
Petras: Hay dos cosas. Primero, el discurso anual del presidente Obama sobre el estado de la Nación que salió en cadena a todas las emisoras de televisión y radio ayer, que es una definición de lo que el gobierno proyecta hacia el Congreso y hacia el pueblo por el próximo período, por lo menos el próximo año. Y ese discurso, con mucha gente con expectativas de escuchar algo nuevo, alguna definición de algún nuevo camino, quedó como un discurso que trata de poner una imagen de éxito del año pasado, destacando una lista de pequeños cambios con alguna inserción de dinero aquí, alguna breve regulación por allá, pero al final de cuentas fue un caso de amnesia.
El presidente olvidó que perdimos siete millones de puestos de trabajo; tres millones de personas perdieron su casa; hemos visto una desocupación que sube a 18 % entre los que dejan de buscar trabajo y los que quedan sin trabajo, el sector manufacturero sigue estancado, y ante esta realidad los éxitos del gobierno quedan como enanos frente a los grandes fracasos.
Y el gobierno trata de decir que se siente frustrado, culpando al Congreso por la falta de iniciativas pero el Congreso es del Partido Demócrata que es el partido del presidente, que tenía una súper mayoría. Entonces es difícil decir simplemente que es el Congreso, cuando él es el líder del partido mayoritario. Y después habló de lo que va a hacer, que en esto ya es famoso el señor Obama, muy elocuente sobre lo que va a hacer en el futuro pero el gran problema es que ya hemos pasado este cuento de lo que va a hacer durante la campaña y luego entre eso y la realidad hay una enorme brecha.
Creo que por eso hay mucha desconfianza sobre lo que va a hacer en esta segunda fase. La gente ya no tiene la misma confianza en que va a cumplir. Más que nada la sensación es de que es un engañador.
Como nosotros hemos comentado durante la campaña, Obama tiene un gran manejo de la retórica, es muy elocuente. Pero es como un bombo: mucho ruido y pocas nueces y eso es lo que la gente empieza a entender. Que el presidente puede anunciar enormes cambios en el país, en el empleo... Aunque ha reconocido que el gran tema para el pueblo norteamericano es la falta de empleo. En dos tercios de su discurso habló de problemas económicos y entre esos temas el desempleo, pero analizando las medidas, uno tiene que decir que no van a afectar en nada el empleo.
Primero, va a hacer concesiones como bajarle impuestos a los capitalistas para que inviertan. No sólo bajar los impuestos sino incluso dar subvenciones a las empresas para que contraten obreros y en este caso reconoce que las grandes empresas no están respondiendo a estas concesiones, que toman las concesiones pero después no invierten en el empleo sino que invierten en la Bolsa o invierten en el exterior, etc. entonces dice que está canalizando las exoneraciones de impuestos hacia la pequeña y mediana empresa. Pero en este caso, muchas de las pequeñas y medianas empresas son subcontratadas de las grandes empresas entonces ¿cómo van a contratar mano de obra cuando dependen de lo que van a hacer las grandes empresas?
Por ejemplo Caterpillar, la gran empresa de maquinaria de construcción y agricultura, depende mucho del mercado externo, pero muchos países ahora están insistiendo para que Caterpillar produzca su maquinaria dentro de su país entonces el gran tema es que esa política de exoneración de impuestos tiene muchos fallos.
La solución siempre es que el gobierno invierta directamente en la producción, invierta directamente en una política para aumentar el consumo de la gente, invierta directamente en los grandes proyectos de infraestructura para que el dinero vaya directamente al sector productivo y directamente a los bolsillos de los consumidores trabajadores.
Esta forma indirecta, con esta política fiscal, es muy ineficiente y no tiene el mismo impacto. Pero es la forma de funcionar. Como dice Obama, el sistema privado es el principal motor para solucionar el desempleo. Y cuando el capitalista no vea que el consumidor está dispuesto a comprar, no tiene forma de forzarlo con mayores exoneraciones. Entonces hay un círculo vicioso aquí en el que Obama está involucrado, porque no quiere ir más allá del marco de lo que él llama el mercado y nosotros el capitalismo, entonces de repente queda dependiente de lo que ellos están dispuestos a hacer y no están dispuestos a correr grandes riesgos produciendo y acumulando inventarios cuando no está garantizado un mercado expansionista.
Por eso creo que al final de cuentas el discurso de Obama enfocado sobre la economía parece otra vez una retórica política para la campaña de elecciones al congreso que tendremos aquí en el próximo noviembre.
Chury: Nos ha sorprendido en el sur lo que se informa respecto a que se llamaría a los talibanes para tratar de formar una especie de gobierno de coalición en Afganistán, lo que ha sido totalmente sorprendente porque ha mandado 30 mil soldados y ahora hablan de llamar a los talibanes. ¿Cómo es eso?
Petras: Bueno, es parte de una premisa falsa de que los talibanes están obligados a aceptar las condiciones fijadas por Estados Unidos, que se pueden comprar los diferentes sectores de los talibanes e integrarlos.
Los talibanes tienen una condición para negociar y es el retiro de las tropas norteamericanas. No van a ser un bocadillo, es decir insertarse entre un contexto donde las fuerzas armadas están en manos de Estados Unidos. Es decir que no van a participar en un gobierno donde están obligados bajo las fuerzas de ocupación. Entonces ellos están dispuestos a negociar, incluso integrar un gobierno, siempre que no haya una fuerza colonial ocupando el país y controlando de facto las fuerzas armadas.
Segundo, el talibán está en un período de expansión y avance, no hay ninguna duda sobre eso e incluso está reconocido. ¿Para qué tienen que negociar condiciones cuando por ejemplo Francia no va a enviar más tropas; Alemania sólo va a mandar 500 asesores policiales y los Estados Unidos queda como el único país que está comprometido con tropas y el gobierno títere está totalmente desprestigiado?
Los talibanes no tienen ningún incentivo en este momento para retirarse de las posiciones que tienen, del apoyo que tienen, para entrar a un gobierno corrupto, desgastado y desprestigiado. Por esa razón esta propuesta más que nada es algo académico, es algo que se lee en los manuales militares, pero en la práctica, en la actualidad, no está en la realidad de los talibanes.
Tercero, el hecho es que los militantes y combatientes del talibán no están luchando por dinero, sino que tienen una ideología religiosa, tienen compromiso regional y nacional y simplemente ofrecerles dinero hará que ellos acepten el dinero y vuelvan a luchar en sus propias organizaciones. Además, los soldados entrenados por Estados Unidos, incluso oficiales, están vendiendo muchas de las armas que Estados Unidos les van entregando, porque mantienen una doble cara: una cara conciliadora con los Estados Unidos y otra cara colaborando con el ejército de resistencia.
Y cuarto punto, muy importante y la premisa falsa básica, es que los insurgentes y el pueblo están separados. Es decir, McChrystal, el comandante en jefe, dice que la estrategia de Estados Unidos es separar a los insurgentes del pueblo y a partir de eso, derrotar a los insurgentes. Y el gran problema de eso, es que los insurgentes son del pueblo: viven en las aldeas, comparten la mesa, tienen familiares, tienen clanes, etc. Los insurgentes no son un organismo profesional; es una organización profundamente enraizada en las comunidades donde están peleando. Por eso es difícil hacer esta operación de ocupar un territorio y buscar algún insurgente suelto y decirle al pueblo "ya está seguro, hemos eliminado a los insurgentes" porque cuando dejan ese pueblo surgen otra vez los insurgentes como las setas después de la lluvia.
Por esa razón creo que esta propuesta que se discute en Londres no tiene ninguna perspectiva porque no ponen sobre la mesa este problema de que estamos luchando contra una guerra del pueblo. Uno puede decir que no son islámicos, que son fundamentalistas, pero independientemente de lo que es la ideología y la religión, ellos se sienten violados por la presencia de soldados occidentales, coloniales, cristianos, que están ocupando sus pueblos. Y ese es el hecho que no van a discutir en Londres porque está fuera la consideración de auto culparse como imperialistas y decir "vamos a salir y vamos a dejar que los afganos arreglen sus cosas".
Chury: Petras, sigue la disconformidad en torno al enorme contingente de marines que los Estados Unidos ha enviado a Haití. Vinieron como para una guerra en vez de un plan de socorro.
Petras: Sí, y Al Jazzera en el programa que sale del Medio Oriente, en sus reportajes ha anotado eso. Y hoy en el departamento de estado se sienten muy vergonzosos porque Al Jazzera llega a cientos de millones de personas y nombrar a Estados Unidos como fuerza militar de ocupación y no como salvavidas es un gran escándalo. Pero esa es la visión que tienen los aliados en la Comunidad Europea y en Europa también, de que los Estados Unidos vinieron más como fuerza de ocupación.
Las noticias que tenemos es que de cada dólar que Estados Unidos está gastando en Haití, sólo un centavo del dólar pasa a manos de los haitianos. Más de la mitad está para gastos y transporte militar; costo de los salarios de los militares; el petróleo; otro 30 por ciento va a las ONG que supuestamente están manejando la ayuda; otro 15 % va al gobierno local, al gobierno colonial que tampoco se sabe cómo está manejando ese dinero. Al final de cuentas, los cálculos que tenemos son que un centavo de cada dólar, el uno por ciento, realmente está pasando desde el gobierno norteamericano hacia los hambrientos haitianos.
Uno tiene que decir que el racismo es profundo en la política norteamericana. Fíjate Chury un hecho: tenemos en el sur de los Estados Unidos cárceles donde la gran mayoría, el 75% de los encarcelados, son negros. En Louisiana, donde fue la catástrofe del Katrina, allá los presos están obligados a trabajar en plantaciones como los viejos esclavos. Y trabajan -escucha- por 35 centavos por día, cuatro centavos por hora, 35 centavos por día. Y con eso deben cosechar diferentes mercancías en las plantaciones para los dueños privados de los grandes latifundios. ¿Y cómo puede uno imaginar que un gobierno que sigue tratando a los negros presos así como esclavos, efectivamente y no en forma metafórica, va a tratar diferente a los negros de Haití?
El racismo está presente afuera del país y dentro del país, a pesar de que muchos soldados de origen pobre en Estados Unidos, sirven en este ejército dirigido por una política racista y ellos sienten un grado de superioridad sobre sus hermanos afro haitianos porque piensan que ser miembros del ejército imperialista les cambia el estatus mientras sus verdaderos hermanos en Louisiana trabajan exactamente en las mismas condiciones que los esclavos en el Siglo XIX.
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