Periodista Digital
El presidente del Gobierno de España llegó anoche a la capital de Estados Unidos para participar, a instancias de Barack Obama, en el Desayuno Nacional de Oración que cada primer jueves de febrero se celebra en Washington. Una invitación aceptada de inmediato por José Luis Rodríguez Zapatero que no pierde ocasión para dejarse ver junto al actual ocupante de la Casa Blanca y que podrá resarcirse, al menos en parte, del fiasco que supuso la cancelación de la cumbre entre la Unión Europea y Estados Unidos.
La presencia del jefe del Ejecutivo en el Desayuno se materializará a pesar de que se espera de los intervinientes que hablen de Dios y de su fe, y de que, en muchas ocasiones, Zapatero ha hecho gala de su laicismo militante. El que el promotor de ese acto sea el grupo evangélico conocido como «La Familia» o «La Hermandad», calificado como muy conservador, tampoco ha importado a Zapatero, como informa ABC.
El Gobierno -o lo que queda de él porque hay ministros desaparecidos- ha entrado en barrena: nada le sale bien y se mueve en el más absoluto caos, un errático descalzaperros del que sería benévolo decir que es confuso. Por todas partes -escribe Ignacio Camacho en ABC en su artículo "En barrena"- está cundiendo una pavorosa sensación de alarma nacional que va mucho más allá de las emociones subjetivas porque se fundamenta en las devastadoras estadísticas del paro y un déficit ante el que los mercados europeos han empezado a tocar las sirenas. El presidente puede huir de sí mismo pero el país no tiene para dónde escapar y sólo cabe rogar a quien cada uno rece para que este desbarajuste no termine de mala manera.
OCURRENCIAS EN LAS PENSIONES
* La última ocurrencia de desgobierno ha sido la propuesta retráctil de alargar las bases de la jubilación, que La Moncloa no ha sido capaz de sostener más allá de unas horas después de meter el susto en el cuerpo a los sindicatos y ante el probable veto de éstos. Forzado a rectificar su discurso con un ajuste en el que no cree, Zapatero da bandazos como un piloto enloquecido tocando a la vez todos los botones del cuadro de mandos. Si el objetivo era inspirar confianza a los mercados estos vaivenes deben de inspirar pánico: a ver quién le compra deuda a una nación gobernada (?) a tumbos por dirigentes sumidos en un abracadabrante desconcierto.
BARREDA ENFADA A FERRAZ
* Con el Gobierno oliendo a chamusquina, algunos barones socialistas empiezan a poner pies en polvorosa tratando de que no les salpiquen los escombros. El manchego Barreda se empieza a ver en el espejo cara de perdedor y ha apuntado hacia arriba para señalar responsabilidades. El cambio de gabinete que ha pedido no es más que una impugnación en toda regla del actual, bajo cuya sombra se siente oscurecido. El desmarque tiene pinta de huida de un edificio en ruinas pero la opinión de Barreda es un clamor dentro y fuera del PSOE: con este equipo incompetente y quemado el Partido Socialista se hunde y el país detrás. El problema es que el presidente puede hacer una crisis pero no se puede cambiar a sí mismo.
ESTO VA A ACABAR MAL
* La situación es crítica, y en parte acaso irreversible. Este colapso nacional va a dejar secuelas profundas en la estructura productiva, un retroceso de lustros en la escala socioeconómica de España. El asunto va mucho más allá de la lucha por el poder: estamos ante una coyuntura de auténtica emergencia que puede sumirnos en un marasmo de décadas, y el Gobierno permanece aislado y bloqueado, en conflicto con su propia esencia, incapaz de tomar decisiones estratégicas. El zapaterismo era un estilo para la política superficial, para gestos livianos y audaces a favor de corriente, pero carece de recursos y de enjundia para enfrentarse a los estragos de una crisis tan seria. Esto va a acabar mal y cada día tiene menos margen de arreglo.
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