El 25 de enero de 2010, The Washington Post publicó el artículo “Cómo la revolución de Hugo Chávez se derrumba” firmado por Jackson Diehl, editorialista de The Washington Post especializado en análisis internacional. Este artículo se publicó justo antes del terrible vendaval mediático desatado por el caso de las cadenas de televisión. Una lástima para el autor porque quizás hubiera tenido alguna argumentación adicional para su voluntarioso intento de derribar revoluciones.
La primera frase de su análisis es contundente: "Hugo Chávez y el socialismo del siglo 21 ha sido derrotado y está en camino del colapso.”
Ante una afirmación como ésta uno no tiene más remedio que pensar que el analista va a revelar informaciones trascendentales e indiscutibles.
Sin embargo, ya estamos acostumbrados a la prensa comercial, y a este tipo de analistas, y rápidamente encontramos lo que temíamos. El autor desvela su posición política con frases como las siguientes:
“En Honduras, tras siete meses de crisis desencadenada por el intento de un cliente de Chávez de generar una ruptura del orden constitucional, terminó con un acuerdo que le enviará al exilio después de que un nuevo presidente elegido democráticamente es juramentado como presidente.”
No merece ni un comentario.
Continúa con la cuestión económica, siempre fundamental para la prensa comercial. “El país [Venezuela] se estremece en la recesión , inflación de dos dígitos y el posible colapso de la red eléctrica nacional.” y añade, que , mientras tanto, “una elección presidencial en Chile, la economía más exitosa de la región, produjo la primera victoria de un candidato de la derecha”. Una comparación típica en Latinoamérica de los dos modelos que están en pugna en los últimos años.
Revisando las cifras de la economía chilena vemos que en 2009 tuvo una caída del PIB del 1,9 por ciento, contracción que no tiene antecedentes desde la crisis de 1982. Mientras que la economía venezolana cayó un 2,9% en 2009. La economía chilena creció en 2008 un 3,2% y la economía Venezolana creció en 2008 un 4,8% .
No sabemos entonces cuál es esa economía tan exitosa a la que se refiere el autor. Me imagino que se refiere a exitosa para los neoliberales, es decir, para los ricos y grandes empresarios internacionales, que en Chile pueden hacer y deshacer con total “libertad”, sin importarles las injusticias y miserias que generen su modelo de desarrollo. El gobierno bolivarino alcanzó, en medio de una crisis global, el mayor descenso del índice de desigualdad de toda Latinoamérica, el índice Gini, al bajar a 0,41.
Y como siempre, el sesudo analista , entra en el tema de los derechos humanos: “Piñera ya ha facilitado a Washington una oportunidad para elevar su voz sobre violaciones de derechos humanos en Venezuela.”
Ahí tenemos al más adecuado dirigente para hablar de los derechos humanos: Piñera. Dirigente del partido de la derecha chilena, esa derecha que tiene a sus espaldas la herencia de excelentes logros en materia de derechos humanos como 35.000 personas víctimas de violaciones de los Derechos Humanos, 28 mil torturados, 2.279 ejecutados y 1.248 que continúan desaparecidos.
El autor insiste en Honduras, habla de las elecciones ilegales y afirma que “El resultado es una victoria para los Estados Unidos, que fue prácticamente el único país que apoyó la elección democrática que rompió el punto muerto. Honduras es el final de la cruzada de Chávez para exportar su revolución a otros países”
Vemos como al autor, para el caso de Honduras, le importan poco los Derechos Humanos. Que en Honduras se haya dado un golpe militar, que se hayan hecho allanamientos ilegales, detenciones masivas, ejecuciones extrajudiciales, cierres de medios de comunicación, no importa para el autor, lo que le importa es acabar con la cruzada de Chávez.
“Haití sólo profundiza en el agujero de Chávez. Ante el mundo, los Estados Unidos están dirigiendo una operación humanitaria masiva, y los haitianos están animando la llegada de los Marines EE.UU.” Hasta la tragedia de un terremoto es una razón más para justificar el argumento de que Chávez está acabado. Es difícil seguir su lógica, si es que la tiene. Ni golpes de estado, ni desapariciones, ni torturas, ni asesinatos, ni terremotos, ni hambre, ni sufrimiento, lo único que parece importarle es la derrota de Chávez.
Vuelve a la economía : “La economía venezolana está en una profunda recesión y sigue hundiéndose aún cuando el resto de América Latina se recupera. Los economistas predicen que la inflación podría elevarse al 60 por ciento en los próximos meses.”
No sabemos cuáles son esos economistas que predicen una inflación del 60% y el hundimiento de la economía, imaginamos que son los mismos economistas que llevan más de 10 años anunciando la caída del gobierno de Chávez por colapso económico y, sin embargo, en esta última década, Venezuela ha alcanzado las mejores cifras económicas de las últimas décadas , incluyendo la inflación más baja.
Refiriéndose a Haití y el papel fuera de lugar de Chávez añade que “Incluso afirmó que la Marina de los EE.UU. causó el terremoto con una nueva arma secreta.” Esta afirmación la sacó de un artículo de opinión publicado en una página web de una cadena de televisión pública venezolana. Me imagino que, siguiendo con la misma lógica, todas las opiniones que se publiquen en la televisión pública estadounidense se las achacará a Obama.
Y como era de esperar, desde el principio del texto, debía de citar alguna encuesta, “... los índices de aprobación de Chávez siguen hundiéndose: Se ha caído por debajo del 50 por ciento en Venezuela y el 34 por ciento en el resto de la región.”
No referencia cuáles son las encuestas que dicen eso. Ese 34% de aceptación de Chávez en el resto de la región, es interesante, teniendo en cuenta la campaña mediática internacional. Sin embargo, en Chile no hay votaciones para que los chilenos elijan el presidente de Venezuela. Las que importan son las elecciones nacionales y, hasta hace un par de semanas, las encuestadoras más serias del país siguen dando un alto nivel de popularidad a Hugo Chávez, suficiente como para volver a ganar con comodidad las elecciones presidenciales.
En cualquier caso, es el pueblo venezolano el que tiene la última palabra, aunque el analista del Washington Post no parece creer mucho en ello, y, hasta ahora, Chávez, ha ganado todas las elecciones a las que se ha presentado como candidato con más de un 60%.
Este análisis finaliza con una brillante afirmación: “Pero el punto de inflexión en la batalla entre el populismo autoritario y la democracia liberal en América Latina ha pasado - y Chávez ha perdido.” Sin argumentos ... y sin comentarios.
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