El Comercio
La Cumbre de la ONU del Cambio Climático de Copenhague está bloqueada tras un intenso debate durante toda la noche en la sesión plenaria sobre el acuerdo de mínimos anunciado como mal menor para rescatar la conferencia. El presidente de la Conferencia, el primer ministro danés Lars Lokke Rasmussen, se ha visto desbordado por las peticiones de algunos países como Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia para retirar el documento, al que califican de "ilegítimo". En varias ocasiones, un visiblemente abochornado Rasmussen ha tenido que consultar con sus asistentes para preguntar qué procedimiento se debía seguir.
El texto estaba siendo negociado desde el jueves y fue cerrado anoche por el presidente estadounidense, Barack Obama, en una reunión con varios jefes de Estado y finalmente con China, India y Sudáfrica bajo mediación de Brasil. La UE terminó también por adherirse. Sin embargo, sus detractores alegan que fue negociado a puerta cerrada en violación de las reglas multilaterales de la ONU y no están dispuestos a firmarlo. Sería la decepción total porque para que pueda convertirse en un acuerdo de Naciones Unidas debe ser adoptado por unanimidad por los 192 países presentes en la conferencia.
Se trata de un acuerdo de mínimos tras el fracaso de 12 días de negociaciones en Copenhague para lograr un texto ambicioso que suceda en 2012 al Protocolo de Kioto, el único tratado que obliga a 37 naciones industrializadas y la UE a recortar sus emisiones de dióxido de carbono. El acuerdo, de carácter no vinculante, está muy lejos de las expectativas generadas en torno a la mayor reunión sobre cambio climático de la historia y no fija objetivos de reducción de gases. Sin embargo, sí establece un total de 10.000 millones de dólares entre 2010 y 2012 para los países más vulnerables a hacer frente a los efectos del cambio climático, y 100.000 millones anuales a partir de 2020 para mitigación y adaptación.
Compromiso sin medidas concretas.
La declaración alude a la necesidad de limitar la subida de las temperaturas en 2 grados con respecto al nivel de 1900, aunque no fija qué medidas se adoptarán para ello y en qué plazo temporal.Pese a que el objetivo de la ONU era que el bloque industrializado adoptara cifras homogéneas de reducción de emisiones tanto para 2020 como para 2050, el texto se limita a recoger las propuestas a medio plazo anunciadas por cada país antes de acudir a la cumbre de Copenhague, en la que han participado 192 países.
El documento también establece la financiación que los países ricos destinarán a la mitigación y adaptación al cambio climático de las naciones en desarrollo y que será de 30.000 millones de dólares entre 2010 y 2012 y de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020. Entre los insatisfechos está el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que ha admitido que el texto consensuado es no era perfecto, pero que es un acuerdo por el que todos los países, incluida China, deberán presentar sus planes para recortar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) hasta el 1 de febrero de 2010.
Más críticas que apoyos
En una primera reacción, Brasil se mostraba "muy decepcionado" por estos resultados y expresaba su confianza de que en el 2010 se pueda alcanzar un pacto más sustancioso sobre las emisiones en vistas a la cumbre de diciembre en México. El embajador de la delegación brasileña, Sergio Serra, apuntaba en rueda de prensa que "al menos hay un acuerdo que permitirá salvar algo y seguir negociando el próximo año las cifras que aquí no se han concertado".
También las organizaciones ecologistas han expresado su desencanto por este desenlace después de que fuentes cautelosas de Naciones Unidas, como el secretario ejecutivo de la conferencia, Yvo de Boer, ya hubieran rebajado considerablemente las expectativas.
Las reacciones negativas de los países en desarrollo y las organizaciones ecologistas, que habían colocado el listón más alto que las delegaciones de los países industrializados, no se han hecho esperar. Lumumba Stanislaus Di-Aping, portavoz del grupo G77 de los no alineados, ha lamentado que esto no es lo que tenía que haber salido de Copenhague. A su juicio, se trata de una mera declaración política por lo que proponía que se prolongaran las negociaciones en otros seis meses para alcanzar un acuerdo real.
José Antonio Hernández de Toro, portavoz en España de la organización ecologista Oxfam Internacional, ha calificado este pacto de "un acuerdo de mínimos", que posiblemente se cierre con una declaración política. Mar Asunción, de la organización WWF España, ha señalado que lo pactado en Copenhague es "insuficiente" y que en México, donde tendrá lugar la próxima cumbre del cambio climático en 2010, habrá que lograr un acuerdo vinculante sobre las emisiones.
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