El País, un periódico español de extrema derecha que lleva años destacándose por su beligerante apoyo al golpismo en Latinoamérica y al narcoterrorismo paramilitar colombiano, publicó el domingo un reportaje a doble página criticando el famoso vídeo de la doctora y monja benedictina Teresa Forcades sobre la gripe A.
El artículo (“Desmontando a la monja-bulo”) lo firman María R. Sahuquillo y Emilio de Benito, que no exhiben sus credenciales, aunque citan profusamente a supuestas autoridades médicas expertas en la materia, al mismo tiempo que ponen en duda con retintín que Teresa Forcades se especializara en EEUU y sea, ella también, una autoridad médica experta en la materia. El resumen que hacen de las declaraciones de Teresa Forcades es tendencioso e inexacto. No es cuestión de molestarse en discutirlo, porque el lector puede juzgar por sí mismo tras ver el vídeo (http://vimeo.com/6790193).
Una vez más, este periódico repite la jugada a la que ya nos tiene acostumbrados en, por ejemplo, el caso de la lucha contra Bolonia: ampárandose en la ausencia de derecho de réplica y en el barniz de objetividad que se le presupone a este periódico (que en otro tiempo se consideró de centroizquierda), salir en defensa de los grandes gigantes empresariales, para mentir, falsear y desinformar sobre cualquier precario intento de la prensa alternativa por hacer oír su voz en un espacio público completamente secuestrado por oligopolios mediáticos privados vendidos al dinero de la publicidad. En este caso, El País ha salido en defensa de las empresas farmacéuticas, cuyos crímenes Teresa Forcades había ya denunciado en un excelente artículo (http://www.fespinal.com/espinal/lli...), con argumentos irrefutables que, por supuesto, El País se abstiene de comentar (se limita a hablar de un “librito” publicado por la “monja-bulo”).
N.B.: El País es un periódico ligado al grupo empresarial PRISA, muy conocido por su alianza con las oligarquías y la extrema derecha en Latinoamérica, siempre en defensa de sus propios intereses económicos en la región, que son muy importantes. Los periodistas que escriben en sus páginas son meros mercenarios pagados para la defensa de la línea editorial del diario y carecen de cualquier posibilidad de expresar libremente sus opiniones, pues serían de inmediato despedidos. Ello no les disculpa del todo de su complicidad en -por poner un último ejemplo- los asesinatos y torturas cometidos por los golpistas hondureños a los que El País alentó sin tregua durante la semana anterior al pinochetazo.
El artículo de El País puede consultarse en:
http://www.elpais.com/articulo/soci...
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