Meza: 'Será un segundo golpe de Estado que el Congreso no restituya a Zelaya'

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Fue guerrillero, ministro, escritor y sobre todo uno de los pocos hombres cercanos a Zelaya que no salió corriendo cuando su antiguo jefe fue expulsado del poder y del país a punta de pistola, y Micheletti llegó a la presidencia. Durante los últimos cuatro meses Víctor Meza ha sido el hombre fuerte de 'Mel' y la cara visible de la resistencia contra el golpe en la mesa de negociación que acabó trasladándole al Congreso la decisión de restituir o no a Zelaya al frente del país.

A punto de comenzar una trascendental semana, Meza recibe a ELMUNDO.es en el Centro de documentación de Honduras, convertido en un 'think thank' donde diariamente se reúne la gente de Zelaya. Son horas clave antes de que el Congreso vote. Horas de negociaciones, llamadas y muchas elucubraciones para saber si cuenta con los 65 votos necesarios para su restitución. Desde aquí su gente denuncia que "los golpistas, en un intento casi suicida, están tratando de demorar la restitución de Zelaya hasta después de las elecciones (29 de noviembre), para que el problema sea para el nuevo presidente electo.

"Por supuesto Zelaya se negaría a esto porque sería avalar un proceso electoral que no estaría reconocido por nosotros" explica. "Sería legalizar una proceso electoral convocado en medio de la represión, de ataques a los medios y de hostigamiento a las figuras políticas".

A pesar de que el Congreso ya votó en su día y en bloque en contra del regreso de Zelaya, la clave ahora parece estar en el Partido Nacional y en su líder Pepe Lobo ya que el actual partido en el poder, el Partido Liberal (el de Zelaya y Micheletti) llega muy dividido a la votación. ¿Le salen las cuentas? "Hay una negociación muy intensa con los diferentes partidos, pero sobre todo con el Partido Nacional (oposición de derechas), que tiene 55 diputados de los 65 necesarios (mayoría simple). El Congreso tiene 128 legisladores y hay que contar también con los 24 diputados afines a Zelaya del Partido Liberal. En cualquier caso, si el Congreso rechaza a Zelaya esto equivaldría a dar otro golpe de estado. El Congreso no puede decir no al país". Y añade, "le estamos diciendo: 'Señores ustedes hicieron mal las cosas, corríjanlas'". "Le estamos poniendo en bandeja de plata que recupere algo de la legitimidad perdida y de su imagen pública" explica.
La presión de EEUU, solución del conflicto

Durante muchas semanas, Víctor Meza ha estado sentado en una mesa de negociación que sólo dio sus frutos cuando Estados Unidos y la comisión integrada por Thomas Shannon, Craig Kelly y Dan Restrepo, todos ellos hombres muy cercanos a la Casa Blanca, aterrizó en el país con una lista que hizo temblar a la delegación de Micheletti. Seis medidas de presión que, de aplicarse, habrían dejado el país al borde del colapso.

¿Qué ofreció EEUU? "Ellos fueron muy claros. Nos dijeron: Honduras tiene dos caminos: marchar sola hacia unas elecciones que no serán reconocidas nunca y seguir aislada y con un nuevo presidente intentando recomponer durante todo su mandato las relaciones con el mundo, o acudir acompañada de la comunidad internacional y con un presidente apoyado por nosotros" dijo el subsecretario de Estado. "De ustedes depende" les espetó Shannon. "Y de repente todo se resolvió en 48 horas. Incluso en el calendario pactado para los próximos días hubo una voluntad de entendimiento jamás vista antes", explica a este periódico en referencia al acuerdo alcanzado el jueves.

Sin dar detalles, añade un punto clave en la negociación, y es que en la cartera de Shannon había también un paquete de medidas de presión que habrían puesto al país al borde del colapso y "que habrían hecho muy difícil la vida a los golpistas" explica Meza.

Sobre Víctor Meza, algunos dicen que fue trotskista y otros maoísta, pero más bien se le recuerda como miembro del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), cercano a Tomás Borge y muy amigo de Edén Pastora, el Comandante Cero. En cualquier caso, terminó peleado con la cúpula sandinista como también acabó enfadado con Zelaya cuando este desobedeció a la Corte Suprema de Justicia para impulsar una nueva Constitución para Honduras que le permitiera reelegirse.

Un enfrentamiento que no le ha impedido ser su hombre de confianza a lo largo de más de cuatro meses: "Si logramos restituir a Zelaya habrá sido algo insólito en América Latina, ya que por primera vez habremos revertido un golpe de Estado con el diálogo. Los civiles devolveríamos entonces a los militares a los cuarteles sin disparar un tiro" añade.

Pero este acuerdo ha dejado muchos cabos sueltos, ¿no le parece? Inteligente como es Meza responde con un chiste cargado de malicia: "con los cabos sueltos se escapan los generales" (risas). ¿Se referirá al jefe del Estado mayor, Romeo Vásquez?

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