Venezuela: el peligro de ser un gigante energético por Waldo Mendiluza



Prensa Latina/inSurGente.- Camino a convertirse en la primera reserva mundial de petróleo y con el reciente hallazgo de un enorme yacimiento gasífero, Venezuela resulta una pieza atractiva en el tablero geopolítico mundial, peligro potenciado por su decisión de administrar soberanamente esos recursos.

  El gobierno estima en la Faja del Orinoco unos 235 mil millones de barriles de crudo extrapesado, cifra que elevaría a 316 mil millones la disponibilidad nacional del estratégico recurso, relegando al actual líder del sector, Arabia Saudita.

Por si fuera poco, hace apenas unos días la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), la hispano-argentina Repsol YPF y la italiana ENI anunciaron el descubrimiento en el bloque Carbón 4, ubicado al norte del estado Falcón, con estimado de ocho billones de pies cúbicos (tcf, por sus siglas en inglés) de gas natural.

Según el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, en la zona existen expectativas de encontrar hasta 27 tcf, como parte del proyecto Rafael Urdaneta iniciado en 2006 en el Golfo de Venezuela.

Al respecto, el presidente Hugo Chávez manifestó tener seguridad de las posibilidades del lugar.

Es muy difícil pensar que haya un solo yacimiento allí, lo cual es una importante noticia para el país y para el mundo, desde el punto de vista económico, social y geopolítico, advirtió durante la emisión 339 de su programa dominical Aló Presidente.

Para el mandatario, estos factores combinados con los resultados de su gira por África, Oriente Medio, Asia y Europa convierten a la nación suramericana en uno de las potencias energéticas del planeta.

La visita del jefe de Estado a Irán, Rusia y Belarús ratificó convenios garantes de multimillonarias inversiones en la exploración y explotación del oro negro.

En Teherán, se materializó un intercambio valorado en mil 500 millones de dólares (cada gobierno aporta la mitad). Iniciativa que incluye la presencia iraní en la Faja del Orinoco y de PDVSA en el campo South Pars 12.

Mientras, Moscú comprometió 20 mil millones en la principal zona petrolera venezolana y Minsk confirmó transferencia de tecnología para reducir el consumo de gasolina, a lo que habría que añadir la decisión de China de invertir otros 16 mil millones de dólares en la propia faja.

Venezuela se consolida como un gigante energético, aseguró Chávez ante semejante escenario.

De acuerdo con el estadista, los avances son fruto del proceso de cambio llamado popularmente aquí Revolución Bolivariana, impulsora del Socialismo del Siglo XXI.

Bajo el capitalismo sería imposible algo así, porque las élites lo agarran todo y dejan al pueblo en la miseria, apuntó.

Sin embargo, alertó que las realidades y perspectivas en el sector desatan apetitos foráneos, sobre todo de Estados Unidos.

El imperio nos tiene puesto el ojo, afirmó.

Para Chávez, el propósito de Washington es colonizar los recursos naturales para imponer relaciones como las heredadas de la época de las democracias representativas, devenidas en los 80 y 90 de la anterior centuria exponentes neoliberales caracterizados por entregar riquezas al capital extranjero.

Tenemos en Estados Unidos siete refinerías, oleoductos y terminales que no daban ganancia, incluso dejaban pérdidas, ilustró.

Según el líder del Movimiento al Socialismo, los convenios obligaban a Caracas a vender el petróleo subsidiado al país norteño.

Era un robo, nos llevaban los recursos. El imperio es un vampiro fortalecido a expensas de nuestra sangre, lo cual ya empezó a cambiar, aseveró.

De acuerdo con el mandatario, las siete bases militares colombianas puestas al servicio de Washington son la nueva herramienta para continuar esa política.

Quieren cercar a Venezuela para apoderarse del petróleo, denunció.

Una de las respuestas de Caracas es la adquisición en Rusia de armamento defensivo, a partir de un financiamiento de dos mil millones de dólares aportado por Moscú.

Complejos coheteriles antiaéreos y 92 tanques T-72 conforman la avanzada.

Aclaró que Venezuela no tiene planes para invadir ni agredir a nadie. El objetivo es "sentirnos más seguros en la protección de las grandes ciudades, las refinerías y otras instalaciones petroleras, además de las militares", precisó Chávez.


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