Lula y Zapatero exigen a Micheletti que respete a Zelaya y la embajada

elmundo.es
Los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y de España, José Luis Rodríguez Zapatero, hicieron este martes un firme llamamiento al gobierno de facto de Honduras para que respete la integridad de la Embajada brasileña en Tegucigalpa y del derrocado presidente hondureño, Manuel Zelaya, que se ha refugiado en ella tras regresar este lunes por sorpresa a Honduras.

Lula y Zapatero se reunieron en Nueva York, donde ambos asisten a la Reunión de Alto Nivel sobre Cambio Climático organizada por Naciones Unidas, y mostraron su "preocupación" por la "frágil" situación que atraviesa Honduras, según explicó a los medios de comunicación el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

España está manteniendo contactos informales con las autoridades de facto hondureñas y con personalidades de la vida política y social del país para garantizar que no se viola la integridad de la Embajada brasileña, apuntó Moratinos, quien habló telefónicamente con Zelaya.

Unas horas antes, Lula ya había pedido a los militares que aceptasen una solución "negociada y democrática" que permita el retorno de Zelaya, al tiempo que pedía prudencia al mandatario depuesto. "He hablado esta mañana con el presidente Zelaya, simplemente para pedirle que tenga cuidado, que no dé excusa a los golpistas para recurrir a la violencia".

Lula ha dicho que su gobierno garantizará el derecho de Zelaya a refugiarse en la embajada, ignorando las demandas del presidente de facto, Roberto Micheletti, que había pedido a Brasil que otorgase asilo a Zelaya o lo entregase a la justicia.

Los movimientos diplomáticos se producen ha medida que crece la tensión en las inmediaciones de la embajada. Después de que Zelaya instase a los hondureños a que acudiesen a protegerlo, numerosos manifestantes se habían acercado a las inmediaciones de la sede diplomática para manifestar su apoyo.

Finalmente, esta mañana la policía antidisturbios disolvió a los 'zelayistas'. En estos momentos, agentes de la policía y soldados se han desplegado en las inmediaciones de la sede diplomática.

En cualquier caso, el Gobierno de facto ha descartado que sus fuerzas de seguridad vayan a entrar en la embajada de Brasil para detener al depuesto presidente. "No se puede (irrumpir), hay convenios y nosotros respetaríamos la sede diplomática", declaró a medios locales la vicecanciller hondureña, Martha Alvarado. "Esto nos traería aún mayores problemas", agregó.

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