Editorial de Marea Socialista
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Organización revolucionaria y pueblo en armas La mejor defensa es profundizar la Revolución
A esta altura del golpe en Honduras es evidente que ha empezado una nueva contraofensiva del imperialismo yanqui, más agresiva, decidida y coordinada que antes, contra el proceso de la Revolución Latinoamericana. Y en especial contra la Revolución Bolivariana y los países que
están construyendo el ALBA, el mal ejemplo antiimperialista que avanza como modelo alternativo en Nuestra América.Mas aun, con el sistema capitalista en crisis, sin salida previsible en el corto o mediano plazo. Un triunfo, así sea parcial, de las masas hondureñas postergará por un tiempo los enfrentamientos decisivos. Incluso, podrá frenar esta contraofensiva; pero lo que no hará es eliminarla.
Las cabezas de playa de ese plan son:
uno, el golpe de Estado en Honduras para consolidar un punto de acción en Centro América, junto con el nuevo gobierno derechista de Panamá y enviar un mensaje claro al resto del continente; dos, convertir a Colombia en una enorme base de asentamiento de tropas yanquis; y tres, las permanentes operaciones de contra información para justificar acciones militares.
La coordinación imperialista con la oligarquía local es también evidente.
El plan «democrático» de avanzar por medio de elecciones, pensado por un sector de la derecha local, tiene el acompañamiento de la presión militar, la guerra mediatica y un desgaste político y económico del proceso. Pinzas diseñadas por el fascismo para debilitar al proceso y aplastarlo.
Frente a este escenario, el modelo de avanzar pacífica y gradualmente en las transformaciones políticas y sociales, otra vez choca frontalmente con el «látigo de la contrarrevolución».
La Revolución, para vivir, se debe profundizar. Se debe «demoler las viejas estructuras del Estado burgués y crear las nuevas estructuras del Estado proletario, bolivariano» (Hugo Chávez, 25/07/09). Y, agregamos nosotros, extendiéndose en su profundización al conjunto del ALBA y de Nuestra América en camino de la lucha internacional por el socialismo.
El enemigo interno, el que anida en las entrañas del proceso no es menos peligroso. Para avanzar en la profundización de la revolución hay que terminar con el burocratismo que desmoraliza al pueblo revolucionario, tanto como una de sus manifestaciones más odiosas, la corrupción. Por ejemplo, ahorita hay una pelea abierta en Guayana entre los trabajadores de las empresas básicas y algunos de los ejecutivos que las dirigen. Estos últimos se resisten y hacen distintos tipos de maniobras para impedir que se desarrolle el Plan Socialista Guayana elaborado en mesas de trabajo por los trabajadores. Y, eso lo hacen los burócratas no importándoles que hace pocos días, el presidente Chávez, en medio de un informativo de VTV, respaldó al Plan Socialista. En el sector eléctrico, en medio de la discusión de la convención colectiva, los trabajadores exigen participación en la dirección de la Corporación Eléctrica y la gerencia se resiste.
En la anterior edición de Marea Socialista describimos los rasgos salientes de las características de esa burocracia. Señalamos como identificar en el terreno político, económico y militar.
Planteamos también la necesidad del debate ideológico, oponiéndole una propuesta articulada en un programa alternativo de un socialismo por el cual luchar. Esta es una tarea impostergable, toda revolución, tiene un sector reaccionario conservador, que defiende privilegios construidos sobre la base de su función burocrática.
Estas propuestas se podrían sintetizar, en lo político institucional: profundizar la organización revolucionaria del pueblo trabajador: los consejos de trabajadores, los consejos populares, las comunas, etcétera. Y las construcción de un gran Consejo Nacional de trabajadores y pueblo revolucionario, de sus organizaciones sociales, con atribuciones de planificación, determinación de prioridades y ejecución. Es decir, crear un órgano revolucionario que, junto al presidente Chávez, debata y ejecute el plan central resuelto democráticamente desde las bases.
En el terreno económico: la necesidad de tomar medidas en la dirección de la socialización de los medios de comunicación y la nacionalización de toda la industria básica y estratégica. No sólo contra Globovision, sino contra todos los medios que se pone fuera de la ley, participando activamente en esta contraofensiva imperialista. Y no sólo las grandes empresas industriales de Guayana, sino de todo lo que es estratégico para nuestro tipo de economía rentista: avanzar en la soberanía alimentaría, en la nacionalización de todo el comercio exterior y del crédito y las finanzas. Al mismo tiempo, avanzando en el cambio de la relaciones de oroducción, eliminando la división social del trabajo.
Terminar con el esquema piramidal, capitalista, de gerenciamiento y estimular la creatividad del movimiento de masas en la gestión, el control y la planificación de las unidades económicas, y en su articulación nacional.
No es solo un tema del tipo de propiedad que tengan esas unidades. La propiedad es apenas la expresión jurídica de las relaciones de producción. Pero asimismo, es fundamental el control de las cuentas del sector privado de la economía. No se puede permitir ganancias exorbitantes a una burguesía parásita, esencialmente importadora, destinando gran parte de la renta petrolera a sostener una vida de reyes para este sector.
En el terreno militar: profundización de las reformas positivas que se han venido haciendo, hacia una verdadera revolución militar. El centro de esa evolución debe ser la democratización de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, para supeditarla al nuevo Estado que se debe construir, con la posibilidad de contraloría social sobre ella, rompiendo el carácter corporativo de la misma. Pero el cambio más profundo en el sentido de la defensa de la Revolución es acelerar, a través de los movimientos sociales, la construcción de la Milicia Nacional Bolivariana. La verdadera transformación en este aspecto es la concreción de la consigna pueblo en armas»: la formación de batallones de los movimientos sociales. Marea Socialista abre sus páginas para ayudar en esta tarea fundamental.
En el terreno internacional, es necesario tomar la lección del golpe en Honduras y la amenaza de la activación de las bases en Colombia, para profundizar la integración del ALBA, tanto en el terreno militar como en la coordinación de los movimientos sociales y políticos evolucionarios, para concentrar capacidad de movilización y respuesta popular frente a las agresiones. Esto es importante más allá de las relaciones de buena vecindad y de tratos comerciales y acuerdos políticos convenientes, que se pueda tener con gobiernos que no han elegido el camino de la independencia como el de Brasil o Argentina.
Un aspecto principal de la vida política de los próximos meses es el Congreso del PSUV. El abre una oportunidad única para realizar este debate. Perder la oportunidad sería trágico para la Revolución. Es un momento histórico. La historia de las revoluciones demuestra que es justamente en medio del proceso cuando más se puede avanzar en el diseño de la nueva sociedad, en la revisión de lo actuado, en la rectificación de los errores. Son centenares de civiles, una verdadera masa revolucionaria, la que debe participar del mismo.
Esta participación es necesaria para el fortalecimiento de la vanguarida de la revoluciòn.
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