El presidente depuesto Manuel Zelaya saldrá este jueves de Managua hacia la zona fronteriza del norte para intentar una vez más ingresar a Honduras en cuanto "se establezcan condiciones para ello", dijo uno de sus asesores.
En algún momento a partir de las 14h00 (20h00 GMT) "nos dirigiremos hacia el norte, a la base de operaciones de Estelí", ciudad nicaragüense a 100 km de la frontera hondureña, dijo su asesor Alan Fajardo a la AFP.
Zelaya, que desde el golpe de Estado que lo expulsó el 28 de junio ha hecho de Nicaragua su base de operaciones, tiene previsto entrar en Honduras "en cuanto se establezcan las condiciones para ello", por lo que "no hay fecha", reconoció Fajardo.
Estas condiciones pasan por una "suficiente participación ciudadana y el elemento sorpresa", agregó.
"Se ha contemplado un punto terrestre con Guatemala, dos puntos terrestres con El Salvador y cuatro puntos terrestres por Nicaragua, y además de eso se han contemplado varias posibilidades de ingreso furtivo por puntos terrestres del interior o por vía aérea", dijo Fajardo.
Zelaya había anunciado el miércoles que le acompañarán su esposa, sus hijos y periodistas, y que irá desarmado.
El presidente depuesto dio por finalizada "definitivamente" la mediación del presidente costarricense Oscar Arias en la crisis hondureña después de que el gobierno de facto de Roberto Micheletti rechazara restituirlo en el poder. Dicha restitución figuraba en la Declaración de San José que el mediador presentó el miércoles en San José.
"El acuerdo quedó totalmente fracasado", declaró Zelaya en rueda de prensa en la embajada hondureña en Managua en la noche del miércoles, por lo que solicitó que se convoque al Sistema de Integración de Centroamérica (SICA), a la Organización de Estados Americanos (OEA) y al Consejo de Seguridad de ONU para que dobleguen al régimen de Tegucigalpa.
Los delegados de Micheletti han prometido que presentarán a su gobierno las propuestas de Arias, que además de la restitución de Zelaya propone establecer un gobierno de unidad nacional y adelantar las elecciones del 29 de noviembre en un mes.
Por su parte, Arias dio por concluido su mediación y remitió a las partes del conflicto hondureño a la OEA, donde este jueves se daban cita delegaciones de las diferentes tendencias hondureñas.
Este fracaso preocupa a la comunidad internacional por el riesgo de disturbios en la polarizada sociedad hondureña.
En la Cumbre de Mercosur, que comienza este jueves en Asunción, se ha colado el conflicto en Honduras como uno de los temas centrales.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, instó a los líderes políticos hondureños a que eviten un baño de sangre. Se hará "todo lo que esté a nuestro alcance, todo lo que los países democráticos podemos hacer para pelear por la recuperación de la democracia en Honduras", prometió.
Mientras tanto, en Honduras, los gremios de maestros suspendieron las clases en las escuelas del país, con lo que los alumnos han asistido en todo el mes tres días a las aulas.
El sindicalista Juan Barahona, que apoya la restitución del mandatario derrocado el 28 de junio, dijo que los trabajadores de numerosas instituciones públicas han acatado el paro.
La tensión era estimulada por una ola de rumores, mientras medios afines al gobierno de facto advertían que el anunciado retorno de Zelaya al país conduciría a desórdenes y violencia.
En algún momento a partir de las 14h00 (20h00 GMT) "nos dirigiremos hacia el norte, a la base de operaciones de Estelí", ciudad nicaragüense a 100 km de la frontera hondureña, dijo su asesor Alan Fajardo a la AFP.
Zelaya, que desde el golpe de Estado que lo expulsó el 28 de junio ha hecho de Nicaragua su base de operaciones, tiene previsto entrar en Honduras "en cuanto se establezcan las condiciones para ello", por lo que "no hay fecha", reconoció Fajardo.
Estas condiciones pasan por una "suficiente participación ciudadana y el elemento sorpresa", agregó.
"Se ha contemplado un punto terrestre con Guatemala, dos puntos terrestres con El Salvador y cuatro puntos terrestres por Nicaragua, y además de eso se han contemplado varias posibilidades de ingreso furtivo por puntos terrestres del interior o por vía aérea", dijo Fajardo.
Zelaya había anunciado el miércoles que le acompañarán su esposa, sus hijos y periodistas, y que irá desarmado.
El presidente depuesto dio por finalizada "definitivamente" la mediación del presidente costarricense Oscar Arias en la crisis hondureña después de que el gobierno de facto de Roberto Micheletti rechazara restituirlo en el poder. Dicha restitución figuraba en la Declaración de San José que el mediador presentó el miércoles en San José.
"El acuerdo quedó totalmente fracasado", declaró Zelaya en rueda de prensa en la embajada hondureña en Managua en la noche del miércoles, por lo que solicitó que se convoque al Sistema de Integración de Centroamérica (SICA), a la Organización de Estados Americanos (OEA) y al Consejo de Seguridad de ONU para que dobleguen al régimen de Tegucigalpa.
Los delegados de Micheletti han prometido que presentarán a su gobierno las propuestas de Arias, que además de la restitución de Zelaya propone establecer un gobierno de unidad nacional y adelantar las elecciones del 29 de noviembre en un mes.
Por su parte, Arias dio por concluido su mediación y remitió a las partes del conflicto hondureño a la OEA, donde este jueves se daban cita delegaciones de las diferentes tendencias hondureñas.
Este fracaso preocupa a la comunidad internacional por el riesgo de disturbios en la polarizada sociedad hondureña.
En la Cumbre de Mercosur, que comienza este jueves en Asunción, se ha colado el conflicto en Honduras como uno de los temas centrales.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, instó a los líderes políticos hondureños a que eviten un baño de sangre. Se hará "todo lo que esté a nuestro alcance, todo lo que los países democráticos podemos hacer para pelear por la recuperación de la democracia en Honduras", prometió.
Mientras tanto, en Honduras, los gremios de maestros suspendieron las clases en las escuelas del país, con lo que los alumnos han asistido en todo el mes tres días a las aulas.
El sindicalista Juan Barahona, que apoya la restitución del mandatario derrocado el 28 de junio, dijo que los trabajadores de numerosas instituciones públicas han acatado el paro.
La tensión era estimulada por una ola de rumores, mientras medios afines al gobierno de facto advertían que el anunciado retorno de Zelaya al país conduciría a desórdenes y violencia.
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