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También el número de víctimas mortales se ha estabilizado: son 31 frente a las 28 que había hace una semana, cuando de repente los casos de fallecimiento se duplicaron desde los 14 registrados hasta entonces. De hecho, el dato ha sido rebajado a 26 fallecidos porque cinco de los que se habían contabilizado murieron en realidad por otras causas, aunque también tenían gripe.
Ayer empezó a funcionar un gigantesco servicio de evaluación telefónica y de auto-evaluación a través de Internet de las personas que creen tener los síntomas de la enfermedad en Inglaterra (en Escocia la gripe está remitiendo, y apenas existe en Irlanda del Norte y Gales). En lugar de ir al médico, han de cumplimentar un cuestionario y, si los resultados hacen pensar que se trata de la gripe A, aquellos pacientes que lo requieran pueden tener acceso a la medicación. Los fármacos antivirales (Tamiflu o Relenza), que no se venden en la farmacia, deben ser recogidos por alguien designado por el afectado.
Las personas que pertenecen a grupos de riesgo -bebés menores de 12 meses, ancianos, embarazadas y personas con enfermedades como cáncer, diabetes, problemas de corazón y en general con el sistema inmunológico debilitado- deben contactar directamente con su médico de cabecera, pero por teléfono, sin acudir a la consulta.
El Gobierno ha acelerado la puesta en marcha del sistema de evaluación a distancia dado el sorprendente crecimiento de casos a principios de julio. Se estima que 70 de cada 100.000 habitantes en Inglaterra han contactado con su médico por creer que tienen la gripe. Una cifra altísima para estas fechas pero lejos de las 200 que marcan oficialmente el nivel de pandemia. El Gobierno británico calculó que el H1N1 podría causar hasta 65.000 muertes.
No son los únicos en hacer previsiones tan numerosas. Brasil prevé millones de contagios este otoño y Argentina también va por los 100.000 afectados. En España hay ya 1.538 casos de nueva gripe y las autoridades, al igual que en Reino Unido, recomiendan no acudir al hospital a no ser que se tengan síntomas graves. Lo recordó ayer la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, en Onda Cero. El objetivo es no saturar las urgencias hospitalarias. Sanidad calcula que el H1N1 podría causar 8.000 muertos este año, los mismos que la gripe estacional.
Ante las previsiones de expansión de la pandemia, Sanidad estudia, además, liberalizar la venta de antivirales. Una medida de la que también se ha mostrado partidario el Partido Popular.
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