Periodistas y medios han sufrido múltiples ataques de todo tipo por parte de las fuerzas de seguridad hondureñas. Durante las primeras horas del golpe, fue detenido el dibujante Allan Mcdonald, secuestrado a medianoche en su casa, mientras trabajaba. La información en la red y la autocensura. El caricaturista en diálogo con SSNN.
Dicen que en tiempos de conflicto armado, la primera víctima es la información. Es precisamente esta víctima, con nombre y apellido, la que ha tenido que sufrir la intolerancia, agresión, violencia y censura, a partir del mismo día en que el orden institucional vigente en Honduras se rompió, como consecuencia del golpe de Estado que destituyó al presidente constitucional, Manuel Zelaya, elegido por votación popular.
El golpe a la decisión popular, no solo se llevó las conquistas logradas en materia de democracia, sino también la libertad de los hondureños y la posibilidad de expresarse, informarse y comunicarse.
La censura y los ataques a la libertad de expresión tiene múltiples formas, algunas muy sutiles, pero en este caso, la coerción a la libertad de prensa en Honduras ha sido violenta y agresiva.
Desde aquel fatídico día, muchos medios de comunicación eligieron la comodidad sin riesgos de cuadrarse junto al nuevo gobierno y otros especulan hasta el día de hoy; sin embargo, hubo muchos comunicadores que eligieron tal vez el camino más difícil de transitar en defensa de la institucionalidad. Fueron precisamente estos últimos quienes han tenido que soportar el cierre de transmisiones, aprietes, silencios forzados, entre otras formas que ha implementado el gobierno de Roberto Micheletti, para acallar las críticas de lo indefendible.
Silencio: golpistas trabajando
Erik Hyde, es un joven periodista de 27 años, hace un año que colabora con Radio Progreso que hace algunas semanas estuvo intervenida, y solo podía transmitir vía Internet. Hyde estuvo presente en las manifestaciones del pasado 2 de julio en San Pedro Sula. “Me golpearon y me quitaron mi cámara fotográfica, grabadora y mi teléfono celular, a pesar de que la marcha era pacífica. Si te ven con un pañuelo rojo o una remera del Che, te golpean”, relata Erick a SSNN.
Radio Progreso, ha sido una de las emisoras castigadas desde que las Fuerzas Armadas coparon las calles de Honduras. Radio Globo, es otro de los medios obligados a restringir sus transmisiones, producto de la represión y la censura.
Libertad dibujada
Allan Mcdonald es un reconocido dibujante y caricaturista político hondureño. Hace algunos meses recibió el premio nacional de caricatura a manos del propio presidente Zelaya. Sus trabajos incluyen publicaciones en el colectivo Rebelión de España y el diario El Heraldo en Honduras.
La noche del 28 de junio, a las 11 de la noche, Allan McDonald se encontraba en su casa junto a su pequeña hija Abril, había dejado la puerta entreabierta para dejar pasar algo de luz, luego de que en Tegucigalpa se cortara la energía eléctrica. De pronto, y sin previo aviso, irrumpen militares y le ordenan acompañarlos bajo el cargo de haber violado el estado de sitio, al mantener la puerta abierta.
Allan es trasladado a bordo de un vehículo, y por la oscuridad, no sabía adonde lo llevaban.
“Había una oscuridad total, el vehículo se detuvo de repente, bajamos y subimos unas gradas con un foco de mano, la policía me encamino, supongo que era un hotel por la estructura del edificio”, relata Allan en comunicación con SSNN.
“En donde me metieron había más gente, y entre ellos un diplomático venezolano, tenía una computadora portátil aun con batería, y el estaba tranquilo allí, escribiendo, nadie le dijo nada, y le pedí el favor de que me ayudara con un mensaje. Y lo hizo, así me pude comunicar”.
La comunicación a la que hace referencia Mcdonald, es un correo electrónico que logro enviarle a su amiga Verenice Bengtsson, una joven abogada que vive hace tiempo fuera de Honduras, y que al recibir noticias de Allan, difundió la información a diversos medios internacionales y organizaciones de Derechos Humanos. Verenice fue también quien ayudo a SSNN a ponerse en contacto con el dibujante.
En su relato, Allan comenta que en lugar donde se encontraba privado de libertad, había mucha gente en diferentes habitaciones; “en mi habitación había unas 12 personas, alguien decía que habían mas de cien personas detenidas, no me consta, pero se escuchaban otras voces”.
“Todos estábamos ocupados en lo que pasaría al día siguiente. Algunos fumaban, otros enviaban mensajes por teléfono móvil. Era una especie de patíbulo perfecto, sin alteraciones”, cuenta Mcdonald.
SSNN: ¿Cuál se supone que era el destino de los detenidos?
Allan: No lo sé, nunca lo sabré creo, pero antes de la claridad, fuimos sacados de poco a poco, en un microbús, dimos vuelta a la redonda de Tegucigalpa, a la luz del día, cuando ya se miraban las casas, las calles, nos bajaron en pleno centro de la ciudad sin más preguntas.
SSNN: ¿Qué pensaste en ese momento?
Allan: Pues, lo que pensaba era como volver a mi casa, si me seguían, si era una especie de ley fuga, si tenía que regresar. Si tenía que empezar otro juego, pensaba más en el futuro inmediato, cosa curiosa que yo nunca pensé en el futuro. De repente nos sacaron y nos abandonaron en la ciudad, poco a poco, nos bajaron de 3 en 3 en cada esquina, cada cuadra de la ciudad, nunca mas volví hacia atrás para ver quiénes eran mis compañeros, solo las voces recuerdo.
La liberación del dibujante hondureño y del resto de sus compañeros, se produjo 5 horas después de su detención. Mcdonald dice vivir tranquilo, al igual que en democracia, a pesar de que reconoce que la censura aprieta; hace más de 15 días que no publica.
SSNN: ¿Cómo crees que seguirá todo esto?
Allan: El país es un laberinto de preguntas, no veo salidas posibles, el país esta complejo, polarizado, los actores arrepentidos y abandonados a la suerte, el azar juega más veloz que la comunidad internacional. El país esta a la deriva, la resistencia esta en las calles, las culpas en las iglesias. La vida está en el aire. Los carteles son fantasmas borrados. Los tanques militares no son de plásticos y la lucha sigue de pie.
SSNN: ¿Pensaste en irte del país?
Allan: Sí, lo he pensado siempre, mi mayor represión es no encontrar maneras reales que me permitan una ambiente de trabajo en la soledad y en silencio. En este país hay mucho ruido de carabinas.
SSNN: ¿Qué opinas de la censura a otros trabajadores de prensa y comunicación, y de aquellos que de alguna manera legitiman el golpe?
Allan: En Honduras se escribe y se piensa con una candado, la autocensura es la más gris de las neuronas, la prensa tiene dos caminos, la lucha o el a arrastre, el arrastre es más cercano, y la historia no tiene atajos…yo decidí el más largo camino, el de la lucha.
SSNN: ¿Has recibido apoyo de tus colegas y otros medios?
Allan: De un par de colegas, claro está que de palabras, los medios no son graciosos en detenerse en lo que un caricaturista opine, pero hay ciertos colegas del mundo entero, que opinan sobre el golpe en Honduras y sus trabajos los han dedicado a mí, con el cariño que ya sabemos que los caricaturistas tenemos entre nosotros y antes los demás, que apenas nos conocen por nuestra firma.
“Honduras y toda su gente, despertó de Golpe”, finaliza Mcdonald. “Fui y seré ese pobre muchacho que hace caricaturas, que no tambalea ni una mosca, que ningún político de Honduras se molestará en reprimir, porque ¿Qué daño podrían hacer esa rayitas espantosas que dibujo? Si dibuja mas bonito mi sobrino de cuatro años, decía esta tarde un periodista de radio golpista, y es verdad, porque mi “accidente” de detención, fue condenado por miles de personas en el mundo, por centenares de cadenas televisivas y periódicos de decenas de países en el mundo entero, pero en Honduras, es una carcajada eso que se llama conciencia. Ser respetado en el mundo por tu trabajo te da esa sensación gris y fatal de que uno acá es innecesario, como la democracia que al final de cuentas, es también una carcajada”, escribe Allan en su web, donde además se pueden ver una serie de dibujos en apoyo de Mcdonald.
Rechazo internacional
El pasado 2 y 3 de julio, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió un comunicado donde manifiesta su profunda preocupación por las medidas adoptadas por las autoridades de facto en Honduras, “que suspenden derechos fundamentales tales como la libertad personal, permitiendo la detención e incomunicación por más de 24 horas, la libertad de asociación y de reunión, y el derecho a circular libremente, salir, entrar y permanecer en el territorio de Honduras”.
Asimismo, la CIDH solicitó que se adopten las medidas necesarias para asegurar la vida e integridad de las personas, en particular de aquellas detenidas y/o con paradero desconocido. El organismo otorgo medidas cautelares a favor de varios funcionarios y periodistas nacionales y extranjeros, incluído Allan Mcdonald, como así también de diversos medios de comunicación tomados por efectivos militares. En total, se enumeran unas 46 personas.
La organización Amnistía Internacional (AI), también ha dado cuenta de abusos y agresiones hacia periodistas y medios de comunicación en Honduras, como el caso de Radio América, donde se habría encontrado una granada, y otra emisora habría recibido al menos 15 impactos de bala; Canal 36, fue clausurado por fuerzas de seguridad, y vigilado por soldados, según informa AI.
Periodistas de las cadenas Telesur y VTV de Venezuela que se encontraban trabajando en terreno en Honduras, han sido fustigados constantemente por las fuerzas de seguridad, al punto de expulsar del país a miembros de sus equipos de prensa. Incluso, la sobria cadena internacional de noticias CNN en español, ha sufrido cortes en su señal en Honduras.
Comunicación Alternativa
La alternativa a la censura y la represión ha encontrado espacio en Internet. Frente al cierre de transmisiones, cortes de energía eléctrica y presiones a periodistas, la web ha logrado que la información circule libremente, llegando a numerosos cibernautas en todo el mundo. Tal es el caso de Radio Progreso, que inmediatamente después del golpe, comenzó a transmitir por Internet, incorporando un foro de discusión, donde los oyentes compartían información al instante de lo que estaba ocurriendo en Honduras.
En el caso de Radio Globo, también superaron la presión a través de Internet, transmitiendo en todo momento para todo el orbe.
Otro es el caso del Blog de Honduras, donde sus creadores y colaboradores publican diariamente fotografías, editoriales, documentos y videos de las coberturas de las manifestaciones populares, en muchos casos, material de producción propia.
Más allá de los hechos, de lo descrito y de lo leído, queda siempre una sensación poco grata, de impotencia, de angustia. Alguna vez fueron las cuerdas y las manos de Víctor Jara, las que representaron el peligro para las autoridades de facto, quienes no soportaron “el derecho de vivir en paz”. Hoy, es el fino trazo de un lápiz el que incomoda en Honduras, el mismo que escogiera como arma Rodolfo Walsh para escribir su “Carta abierta”; desde el Pacífico y el Atlántico al centro del continente, las victimas siempre son las mismas, y al final parece que nadie aprendió nada.
Dicen que en tiempos de conflicto armado, la primera víctima es la información. Es precisamente esta víctima, con nombre y apellido, la que ha tenido que sufrir la intolerancia, agresión, violencia y censura, a partir del mismo día en que el orden institucional vigente en Honduras se rompió, como consecuencia del golpe de Estado que destituyó al presidente constitucional, Manuel Zelaya, elegido por votación popular.
El golpe a la decisión popular, no solo se llevó las conquistas logradas en materia de democracia, sino también la libertad de los hondureños y la posibilidad de expresarse, informarse y comunicarse.
La censura y los ataques a la libertad de expresión tiene múltiples formas, algunas muy sutiles, pero en este caso, la coerción a la libertad de prensa en Honduras ha sido violenta y agresiva.
Desde aquel fatídico día, muchos medios de comunicación eligieron la comodidad sin riesgos de cuadrarse junto al nuevo gobierno y otros especulan hasta el día de hoy; sin embargo, hubo muchos comunicadores que eligieron tal vez el camino más difícil de transitar en defensa de la institucionalidad. Fueron precisamente estos últimos quienes han tenido que soportar el cierre de transmisiones, aprietes, silencios forzados, entre otras formas que ha implementado el gobierno de Roberto Micheletti, para acallar las críticas de lo indefendible.
Silencio: golpistas trabajando
Erik Hyde, es un joven periodista de 27 años, hace un año que colabora con Radio Progreso que hace algunas semanas estuvo intervenida, y solo podía transmitir vía Internet. Hyde estuvo presente en las manifestaciones del pasado 2 de julio en San Pedro Sula. “Me golpearon y me quitaron mi cámara fotográfica, grabadora y mi teléfono celular, a pesar de que la marcha era pacífica. Si te ven con un pañuelo rojo o una remera del Che, te golpean”, relata Erick a SSNN.
Radio Progreso, ha sido una de las emisoras castigadas desde que las Fuerzas Armadas coparon las calles de Honduras. Radio Globo, es otro de los medios obligados a restringir sus transmisiones, producto de la represión y la censura.
Libertad dibujada
Allan Mcdonald es un reconocido dibujante y caricaturista político hondureño. Hace algunos meses recibió el premio nacional de caricatura a manos del propio presidente Zelaya. Sus trabajos incluyen publicaciones en el colectivo Rebelión de España y el diario El Heraldo en Honduras.
La noche del 28 de junio, a las 11 de la noche, Allan McDonald se encontraba en su casa junto a su pequeña hija Abril, había dejado la puerta entreabierta para dejar pasar algo de luz, luego de que en Tegucigalpa se cortara la energía eléctrica. De pronto, y sin previo aviso, irrumpen militares y le ordenan acompañarlos bajo el cargo de haber violado el estado de sitio, al mantener la puerta abierta.
Allan es trasladado a bordo de un vehículo, y por la oscuridad, no sabía adonde lo llevaban.
“Había una oscuridad total, el vehículo se detuvo de repente, bajamos y subimos unas gradas con un foco de mano, la policía me encamino, supongo que era un hotel por la estructura del edificio”, relata Allan en comunicación con SSNN.
“En donde me metieron había más gente, y entre ellos un diplomático venezolano, tenía una computadora portátil aun con batería, y el estaba tranquilo allí, escribiendo, nadie le dijo nada, y le pedí el favor de que me ayudara con un mensaje. Y lo hizo, así me pude comunicar”.
La comunicación a la que hace referencia Mcdonald, es un correo electrónico que logro enviarle a su amiga Verenice Bengtsson, una joven abogada que vive hace tiempo fuera de Honduras, y que al recibir noticias de Allan, difundió la información a diversos medios internacionales y organizaciones de Derechos Humanos. Verenice fue también quien ayudo a SSNN a ponerse en contacto con el dibujante.
En su relato, Allan comenta que en lugar donde se encontraba privado de libertad, había mucha gente en diferentes habitaciones; “en mi habitación había unas 12 personas, alguien decía que habían mas de cien personas detenidas, no me consta, pero se escuchaban otras voces”.
“Todos estábamos ocupados en lo que pasaría al día siguiente. Algunos fumaban, otros enviaban mensajes por teléfono móvil. Era una especie de patíbulo perfecto, sin alteraciones”, cuenta Mcdonald.
SSNN: ¿Cuál se supone que era el destino de los detenidos?
Allan: No lo sé, nunca lo sabré creo, pero antes de la claridad, fuimos sacados de poco a poco, en un microbús, dimos vuelta a la redonda de Tegucigalpa, a la luz del día, cuando ya se miraban las casas, las calles, nos bajaron en pleno centro de la ciudad sin más preguntas.
SSNN: ¿Qué pensaste en ese momento?
Allan: Pues, lo que pensaba era como volver a mi casa, si me seguían, si era una especie de ley fuga, si tenía que regresar. Si tenía que empezar otro juego, pensaba más en el futuro inmediato, cosa curiosa que yo nunca pensé en el futuro. De repente nos sacaron y nos abandonaron en la ciudad, poco a poco, nos bajaron de 3 en 3 en cada esquina, cada cuadra de la ciudad, nunca mas volví hacia atrás para ver quiénes eran mis compañeros, solo las voces recuerdo.
La liberación del dibujante hondureño y del resto de sus compañeros, se produjo 5 horas después de su detención. Mcdonald dice vivir tranquilo, al igual que en democracia, a pesar de que reconoce que la censura aprieta; hace más de 15 días que no publica.
SSNN: ¿Cómo crees que seguirá todo esto?
Allan: El país es un laberinto de preguntas, no veo salidas posibles, el país esta complejo, polarizado, los actores arrepentidos y abandonados a la suerte, el azar juega más veloz que la comunidad internacional. El país esta a la deriva, la resistencia esta en las calles, las culpas en las iglesias. La vida está en el aire. Los carteles son fantasmas borrados. Los tanques militares no son de plásticos y la lucha sigue de pie.
SSNN: ¿Pensaste en irte del país?
Allan: Sí, lo he pensado siempre, mi mayor represión es no encontrar maneras reales que me permitan una ambiente de trabajo en la soledad y en silencio. En este país hay mucho ruido de carabinas.
SSNN: ¿Qué opinas de la censura a otros trabajadores de prensa y comunicación, y de aquellos que de alguna manera legitiman el golpe?
Allan: En Honduras se escribe y se piensa con una candado, la autocensura es la más gris de las neuronas, la prensa tiene dos caminos, la lucha o el a arrastre, el arrastre es más cercano, y la historia no tiene atajos…yo decidí el más largo camino, el de la lucha.
SSNN: ¿Has recibido apoyo de tus colegas y otros medios?
Allan: De un par de colegas, claro está que de palabras, los medios no son graciosos en detenerse en lo que un caricaturista opine, pero hay ciertos colegas del mundo entero, que opinan sobre el golpe en Honduras y sus trabajos los han dedicado a mí, con el cariño que ya sabemos que los caricaturistas tenemos entre nosotros y antes los demás, que apenas nos conocen por nuestra firma.
“Honduras y toda su gente, despertó de Golpe”, finaliza Mcdonald. “Fui y seré ese pobre muchacho que hace caricaturas, que no tambalea ni una mosca, que ningún político de Honduras se molestará en reprimir, porque ¿Qué daño podrían hacer esa rayitas espantosas que dibujo? Si dibuja mas bonito mi sobrino de cuatro años, decía esta tarde un periodista de radio golpista, y es verdad, porque mi “accidente” de detención, fue condenado por miles de personas en el mundo, por centenares de cadenas televisivas y periódicos de decenas de países en el mundo entero, pero en Honduras, es una carcajada eso que se llama conciencia. Ser respetado en el mundo por tu trabajo te da esa sensación gris y fatal de que uno acá es innecesario, como la democracia que al final de cuentas, es también una carcajada”, escribe Allan en su web, donde además se pueden ver una serie de dibujos en apoyo de Mcdonald.
Rechazo internacional
El pasado 2 y 3 de julio, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió un comunicado donde manifiesta su profunda preocupación por las medidas adoptadas por las autoridades de facto en Honduras, “que suspenden derechos fundamentales tales como la libertad personal, permitiendo la detención e incomunicación por más de 24 horas, la libertad de asociación y de reunión, y el derecho a circular libremente, salir, entrar y permanecer en el territorio de Honduras”.
Asimismo, la CIDH solicitó que se adopten las medidas necesarias para asegurar la vida e integridad de las personas, en particular de aquellas detenidas y/o con paradero desconocido. El organismo otorgo medidas cautelares a favor de varios funcionarios y periodistas nacionales y extranjeros, incluído Allan Mcdonald, como así también de diversos medios de comunicación tomados por efectivos militares. En total, se enumeran unas 46 personas.
La organización Amnistía Internacional (AI), también ha dado cuenta de abusos y agresiones hacia periodistas y medios de comunicación en Honduras, como el caso de Radio América, donde se habría encontrado una granada, y otra emisora habría recibido al menos 15 impactos de bala; Canal 36, fue clausurado por fuerzas de seguridad, y vigilado por soldados, según informa AI.
Periodistas de las cadenas Telesur y VTV de Venezuela que se encontraban trabajando en terreno en Honduras, han sido fustigados constantemente por las fuerzas de seguridad, al punto de expulsar del país a miembros de sus equipos de prensa. Incluso, la sobria cadena internacional de noticias CNN en español, ha sufrido cortes en su señal en Honduras.
Comunicación Alternativa
La alternativa a la censura y la represión ha encontrado espacio en Internet. Frente al cierre de transmisiones, cortes de energía eléctrica y presiones a periodistas, la web ha logrado que la información circule libremente, llegando a numerosos cibernautas en todo el mundo. Tal es el caso de Radio Progreso, que inmediatamente después del golpe, comenzó a transmitir por Internet, incorporando un foro de discusión, donde los oyentes compartían información al instante de lo que estaba ocurriendo en Honduras.
En el caso de Radio Globo, también superaron la presión a través de Internet, transmitiendo en todo momento para todo el orbe.
Otro es el caso del Blog de Honduras, donde sus creadores y colaboradores publican diariamente fotografías, editoriales, documentos y videos de las coberturas de las manifestaciones populares, en muchos casos, material de producción propia.
Más allá de los hechos, de lo descrito y de lo leído, queda siempre una sensación poco grata, de impotencia, de angustia. Alguna vez fueron las cuerdas y las manos de Víctor Jara, las que representaron el peligro para las autoridades de facto, quienes no soportaron “el derecho de vivir en paz”. Hoy, es el fino trazo de un lápiz el que incomoda en Honduras, el mismo que escogiera como arma Rodolfo Walsh para escribir su “Carta abierta”; desde el Pacífico y el Atlántico al centro del continente, las victimas siempre son las mismas, y al final parece que nadie aprendió nada.
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