Pero ni siquiera esta medida arredra el imperioso afán de protagonismo del otrora superjuez. Vapuleado como está en el Tribunal Supremo (lo último es que ha rechazado su recurso contra la querella planteada por Manos Limpias) y a la espera de que el Consejo General adopte alguna decisión disciplinaria en los expedientes que tiene abiertos en la institución, Baltasar Garzón no descansa. Ahora, según fuentes jurídicas de toda solvencia consultadas por ÉPOCA, se dispone a patrocinar una querella contra el mismísimo ex presidente norteamericano, George Bush. La razón no es otra que todos los hechos acaecidos persistentemente en la base norteamericana de Guantánamo. Garzón afirma que no puede quedar sin condena el para él máximo responsable de la multitud de torturas que han sufrido los presos de este centro enitenciario. Y detrás de Bush puede ir y criticar a Aznar. ¿En qué basa este interés depuratorio?
La información completa se puede leer en el número de esta semana de la revista ÉPOCA, a la venta en los quioscos a partir del viernes.
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