Unos 388 millones de ciudadanos de los 27 países de la Unión Europea (UE) fueron convocados a las urnas esta semana para elegir a los 736 diputados del nuevo hemiciclo europeo, llamado a convertirse en el más poderoso de su historia, si entra en vigor de aquí a finales de año el Tratado de Lisboa.
Diecinueve países celebraban elecciones este domingo, entre ellos España, Alemania, Francia y Portugal, mientras que otros siete, como Gran Bretaña, Holanda e Irlanda, lo hicieron entre el jueves y el sábado.
Los italianos estaban convocados a las urnas entre el sábado y este domingo.
Los primeros resultados oficiales serán publicados a las 20H00 GMT, cuando se podrá empezar a dibujar el color político del Europarlamento, la única institución de la UE que se elige por sufragio universal directo.
En un último esfuerzo de movilización, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, exhortó a los ciudadanos a acudir a las urnas.
"Me gustaría que la tendencia a una participación a la baja se reinvirtiera", exhortó desde Lisboa el portugués Durao Barroso, recordando que "hace 20 años, en muchos países que ahora son miembros de la UE, no se podía votar en libertad".
Las encuestas difundidas en los días previos al escrutinio pronosticaban una abstención récord, mayor aún que el 54,6% de 2004.
Holanda, que no cumplió con la obligación de esperar hasta este domingo para anunciar los resultados, registró una participación de 36,5%, por debajo del 39,2% de 2004.
Los datos parciales de participación divulgados en otros países ilustraban tendencias dispares. En Italia, el 17% de los electores votó en el primer día de los comicios, más de dos puntos por debajo que en 2004.
Hacia las 12H00 GMT del domingo, la participación se mantenía estable respecto a cinco años atrás en España, con 24,26%, y en Alemania, con 20,2%.
En Francia, se situaba sensiblemente al alza hacia las 10H00 GMT, en 14,81%, y en Portugal caía tres puntos, a 11,84%, respecto a 2004.
Si no hay sorpresas, el Partido Popular Europeo revalidará su mayoría en el hemiciclo, por delante de los socialistas, que se mantendrán como segunda fuerza.
Ssegún los sondeos, la derecha en el poder ganaría en Francia, Alemania e Italia, mientras que desde la oposición, los conservadores se impondrían principalmente en Gran Bretaña y mantienen opciones de victoria en España.
Los conservadores dirigen una veintena de Gobiernos europeos, frente a una izquierda que no ha sabido capitalizar la actual crisis económica y las críticas contra el liberalismo y los excesos del sistema financiero.
El desinterés de los electores por estos comicios favorece además a los partidos antieuropeos más radicales.
El avance el jueves en Holanda del ultraderechista e islamófobo Partido de la Libertad, del diputado Geert Wilders, que obtuvo el 17% de los sufragios, confirmó el temor de los analistas proeuropeos.
Estos movimientos, que aprovechan el desencanto de numerosos electores con la Europa comunitaria, podrían dar la campanada en Gran Bretaña, donde los laboristas del primer ministro, Gordon Brown -enfrentado a pedidos de renuncia-, ya sufrieron el jueves una dura derrota en las elecciones locales.
Así, el ultraderechista BNP podría ingresar en la Eurocámara, mientras que el Partido por la Independencia del Reino Unido, que aboga por la retirada de la UE, podría superar el 20% de las papeletas.
En Austria, el partido populista y euroescéptico de extrema derecha FPO podría doblar el 6,31% que obtuvo en 2004.
En Italia, el conservador jefe de Gobierno, Silvio Berlusconi, cabeza de lista de su partido, convirtió las elecciones europeas en un plebiscito sobre su figura, salpicada de sonados escándalos.
La campaña fue dominada por el caso de la joven Noemi, con la que se sospecha que Il Cavaliere mantuvo relaciones cuando ésta era menor de edad, así como por las fotografías divulgadas esta semana sobre sus fiestas en su mansión de Cerdeña, en compañía de bellas mujeres.
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