Los "medios alternativos” ante la Primera Guerra Global contra los Pueblos: las agresiones de EEUU a Cuba y Venezuela; por Antonio Maira
inSurGente.- El “análisis” que los medios que nos autodefinimos de “de izquierdas” -y además de eso ‘medios alternativos’, ‘medios modelos de debate abierto’ o, con más exageración todavía, ‘medios revolucionarios’-, hemos realizado de los cambios ministeriales casi simultáneos que han hecho las direcciones revolucionarias de Cuba y Venezuela, ha sido lamentable. En algunos casos, irresponsable hasta extremos poco menos que inconcebibles; y en otros, fuertemente reaccionario. Trataré de explicar cuáles han sido las reacciones más comunes y porqué se han producido. Las he calificado con extrema dureza porque pienso que reflejan una realidad que tenemos que cambiar inmediatamente. Intentaré hacerlo con brevedad y sencillez, por medio de algunos síndromes o respuestas condicionadas, casi automáticas y totalmente irreflexivas, emocionales y muy poco informadas, que reflejan nuestra ‘estructura mental’: los efectos del entorno, de “la burbuja” en la que vivimos. Estamos aislados y lo estaremos mucho más, y reproducimos inconscientemente los mitos neoliberales ligeramente transformados. Así de débiles somos, y así nos vamos a enfrentar con tiempos muy exigentes y muy difíciles: los de la crisis catastrófica que ya es inevitable e inocultable.
La red, las urgencias y la dialéctica social
-Síndrome del periodista (1):
Los hechos necesitan ser interpretados, analizados y comentados con urgencia de periodista competitivo. Inmediatamente después de surgir una “noticia”; aunque no encaje en un proceso estudiado y observado con atención, continuidad y rigor; en una cadena informativa ya elaborada que enlace, relacione y explique; confirme o no una interpretación de la realidad; tiene que tener una respuesta urgente en nuestros medios de comunicación.
Es la repetición exacta de la dinámica de Falsimedia que salta de una desinformación a otra, de una emoción a la siguiente, de una cabecera imprescindible a otra cabecera igualmente imprescindible.
A la mañana siguiente de producirse un hecho, a la misma hora en la que los medios de desinformación general lanzan su basura de consumo masivo siguiendo un plan de “terrorismo mediático” perfectamente diseñado; nuestro trabajo improvisado tiene que estar el la red abarcando el “sentido pleno” de la noticia que consideramos -o “consideran por nosotros”-, relevante.
Falsimedia entrega desinformación perfectamente planificada y elaborada; los medios alternativos entregamos información incompleta, mal estructurada, medio ciega y mal digerida -que mutila el escenario global y la historia con referencias fuera de lugar y de tiempo, y rompe la dialéctica de los conflictos y de los procesos sociales.
En los casos más extremos del síndrome la imitación inconsciente del enemigo en la “batalla mediática” va mucho más allá, hasta lo fundamental de la desinformación o de la “información en lucha”: la elección de la “agenda informativa”. La primera información de nuestro medio “alternativo” tiene que referirse obligatoriamente a la que ocupa la misma preferencia en Falsimedia.
-Radicalismo verbal.
Nuestra noticia debe tener el mismo nivel emocional (la carga emotiva es un factor clave de la lucha en el escenario de la “guerra mediática”) que la desinformación a la que “combatimos”. Como la agenda es suya (existencia o no existencia de la noticia, importancia relativa…), y la jerarquía emocional también, los medios al servicio de la oligarquía determinan lo esencial de cada batalla.
En el caso al que me refiero –los ajustes en los gobiernos de Venezuela y de Cuba para adaptarlos a las nuevas circunstancias estratégicas que han demolido al “mito Obama”-, la interpretación de fondo de la noticia que hace Falsimedia, dentro de la estrategia del “terrorismo mediático”, es recogida con exactitud por los “medios alternativos”. Solo se producen diferencias formales: la acusación se expresa como alarma; la falsedad bien informada, como moralina y anécdota totalmente desinformada. Con esas variantes se produce en realidad el mismo nivel de ocultamiento. Veamos los paralelismos: la “dirección revolucionaria de Cuba” o “la dictadura castrista” actúa “sin dar explicaciones”; lo hace con “métodos dictatoriales y antidemocráticos”, o respondiendo a una “tradición estalinista”. El Departamento de Estado y el Pentágono, diseñadores de la guerra mediática, y responsables de la activación de las enormes redes que constituyen las estructuras de Falsimedia y de la “diplomacia civil” (fundamentalmente ONG,s de todo tipo) deben estar frotándose las manos.
Las explicaciones están, sin embargo, en los hechos profusamente difundidos –en este caso las continuas acciones militaristas de Obama: aumento del presupuesto militar, mantenimiento de las tropas en Iraq y reforzamiento en Afganistán y Pakistán, incremento de las acciones desestabilizadoras y formulación de continuas amenazas contra Venezuela y Cuba, y otras muchas más-; y en las acciones de respuesta y pronunciamientos para reforzar de la defensa revolucionaria, en los dos países que encabezan el ALBA y la revolución en América Latina.
Se ha definido una estrategia defensiva urgente y se han elegido los ministros más adecuados para llevarla a cabo.
(continuará en próximo artículo)
(1) No tiene nada que ver con la actividad realizada, su carácter profesional, o el título académico.
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