Venezuela y la muerte del periodismo español

Cuando era una niña, imagino que como a todo el mundo, lo que salía en la tv o estaba impreso en un periódico era como las tablas de la ley, la verdad absoluta, es que eraLa Verdad. En la adolescencia, te vas dando cuenta de la objetividad no existe, y de que todos, periodistas incluidos, ponemos nuestra mirada como filtro al observar la realidad. Y ya en la edad adulta, te percatas de que los medios de comunicación son empresas que necesitan ganar dinero, y eso se traduce en lectores pero también en anunciantes, a los que no conviene cabrear. Y además, cada medio tiene una línea editorial que lo sitúa hacia la izquierda o hacia la derecha.

Pero vivimos tiempos aciagos para el periodismo patrio, y explicarlo con Venezuela es tan claro como si lo hicieran en el mismísimo Barrio Sésamo.

Hasta el año 1998, Venezuela, como tantos otros países de Latinoamérica, vivía entre violencia y miseria, con una oligarquía que vendía el petróleo del país regalado a EEUU y compraba todos los productos manufacturados al exterior a precio de oro. Y en España no nos importaba nada. Lo público no existía o era miserable, tasas de analfabetismo y de hambre disparadas, sanidad para ricos, etc. Eran tal el hambre y la desesperación, que en el año 1989, estallaron disturbios en Caracas para conseguir comida, las fuerzas del orden tuvieron permiso para disparar, y se saldó con entre 300 y400 muertos y 2.000 desaparecidos.

En el 92 Chávez quiso dar un golpe de estado y fracasó, estuvo 2 años en la cárcel y fue cuando dio forma a su proyecto político, con el que ganó las elecciones por primera vez en 1998. En 1999 se aprobó por referéndum la nueva constitución, una de las más avanzadas del mundo, y hasta su muerte en 2013, ganó todas las elecciones que planteó menos una. Elecciones en las que hubo siempre observadores internacionales, como por ejemplo miembros destacados del PSOE, que siempre las firmaron como limpias y democráticas.

En esos 15 años Chávez dio la vuelta a Venezuela como a un calcetín. Nacionalizó elpetróleo y los sectores estratégicos, creó sanidad pública, educación pública, erradicó el hambre y el analfabetismo, creó un sistema de pensiones … Una tarea titánica para un país que nunca había producido ni fabricado nada, tarea que aún continúa con todas las dificultades que suponen el boicot y la corrupción de la derecha, y sobre todo de EEUU, que no se resigna a haber perdido el control del petróleo venezolano.

Y de todo esto, ¿qué información nos llegaba y nos llega a España? Que Chávez era poco menos que un mono que hablaba, ridículo e ignorante dictadorzuelo sudamericano, cuando en realidad era un hombre cultísimo, que daba conferencias muy aplaudidas en la Sorbona. Y que Venezuela es una dictadura, mantra que se repite hasta el infinito, cuando es evidente para cualquiera que se moleste en informarse un poquito, que no es así. Y el que viva en una democracia libre de defectos que tire la primera piedra, o la primera portada.

El jarrón chino Felipe Gonzálezdebería preguntar a su compañero de partido Antonio Trebín antes de hablar, porque certificó elecciones limpias en el país que el presidente que tuvo a los GAL califica de dictadura. E igual que él miembros del PP y PNV, ninguno sospechoso de perroflautismo.

Aquí el prócer rodeado de multitud de medios de comunicación, vamos, lo normal en una dictadura. Pero hablábamos de periodismo, y por si no recordáis lo que suele decir la prensa española sobre Venezuela, valga un ejemplo práctico:

Como éste os podría llenar páginas de ejemplos de burda manipulación y mentira periodística, y desmontar una por una las mentiras de los periodistas más reconocidos de este país sobre Venezuela.

Pero ése es un trabajo que podéis realizar vosotros, informaos sobre cuál es la historia de ese país y qué es lo que sucede allí ahora. En este mundo hipercomunicado no es tan difícil, podéis leer a Galeano, a Ramonet, ver a Oliver Stone y bichear en las redes sociales.

Conclusión: no se trata de la subjetividad del ser humano periodista, ni de la línea editorial del medio, todo eso ha muerto. En el siglo XXI, al menos en este país, el 99% de los medios de comunicación son esclavos de los poderes financieros y de EEUU, y si hay que mentir, mienten, una y otra vez, a gritos y por escrito, sin complejos, sin pudor y sin vergüenza.

Es por ello que podemos decir que, salvo escasísimas excepciones, Españoles, el periodismo ha muerto, D.E.P. (Como diría Mariló Montero, sea quien sea ese tal DEP).

via -lahaine

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