Presupuestos Generales del Estado: en qué los ha cambiado la crisis

Ni método Dukan ni Cohen. La mejor dieta para los Presupuestos Generales del Estado (PGE) está siendo la crisis. A fuerza ahorcan, también sería otra forma de verlo justo cuando el Partido Popular se apresta a asestarle un nuevo tajo a las cuentas públicas, que serán presentadas esta mañana en el Congreso de los Diputados.

Sólo a partir de media mañana, cuando se pueda consultar la información completa de los PGE en internet, se sabrá el alcance del nuevo adelgazamiento, aunque el Gobierno ya ha dejado claro que el ajuste fiscal (entre medidas de recorte y nuevos ingresos) será de 27.300 millones (el más elevado de la democracia) y que sólo los ministerios recortarán en un 16,9% su presupuesto conjunto.

Pero, ¿qué víctimas ha dejado la crisis en el camino? ¿Qué departamentos han resistido mejor? ¿Hay alguno que haya mejorado? Lo primero, y más importante, es el adelgazamiento de las propias cuentas. El récord de unos PGE se vivió en 2010, cuando España aprobó unos presupuestos consolidados (incluyen Seguridad Social y organismos autónomos) de 350.000 millones de euros.

Un año después, en los de 2011, la cifra se relajó a 315.000 y todo indica a que para 2012 se bajará de la barrera de los 300.000 millones. Precisamente, la última vez que España estuvo por debajo de ese volumen fue en las cifras de 2007: el año bisagra entre el boom económico y el inicio de la crisis.

De lo general a lo particular, el Ministerio más damnificado es el de Fomento, que en el año 2007 sumaba un presupuesto cercano a los 9.000 millones (si le sumamos los poco más de 1.200 millones del entonces Ministerio de Vivienda, ahora integrado) y ahora se conforma con unos 5.000 millones.

Siguiendo la línea de que la tijera empieza a recortar por los ministerios inversores, el descenso es más brutal en la cartera que ahora comparten Agricultura y Medio Ambiente. Si sumábamos ambos en 2007, el global era de 3.889; para 2012, Miguel Arias Cañete sólo contará con 1.932 millones, casi la mitad.

Defensa es otro al que los recortes han limado potencia en el transcurso de la crisis. Allá por 2007, superaba los 8.000 millones de presupuesto y para este ejercicio, y según desveló el Gobierno el pasado viernes, se tendrá que conformar con 6.316 millones de euros, un 21,5% de resta.

En cambio, hay otros que parecen inmunes al paso del tiempo. Interior, por ejemplo, disponía de 7.565 millones en 2007 y para 2012 parte con 7.485; y Justicia empezó la crisis con 1.411 millones y afronta este ejercicio con 1.574.

Del resto poco se puede comparar, ya que los continuos cambios de cartera (no sólo por creación como Igualdad o Vivienda, sino por fusiones y escisiones departamentales) hacen imposible una visión clara.

Ocurre con Cultura, ahora incorporada a Educación (que antes también tenía entidad propia); o de Economía, que en tiempos del PSOE se agrupaba con Hacienda y ahora se ha dividido, adquiriendo Hacienda la parte de Administraciones Públicas que, con Zapatero, era incluso una vicepresidencia bajo el mando de Chaves.

El gasto social desequilibra la balanza

Lo que no cambia en cada proyecto de Presupuestos son las políticas de gasto. Aquí se incluyen las partidas reservadas a una materia concreta, sin hacer distinciones de ministerio. También sirve para comprobar cuánto destina el Estado a gasto social.

En concreto, todo lo que el Gobierno consideraba gasto social suponía el 50,6% de los Presupuestos en 2007. Para los de 2011 (hasta hoy no se desvelará qué ocurre con 2012), el porcentaje había subido al 58%.

¿Los responsables? El gasto en pensiones, que ha pasado de signficar el 31,4% de las cuentas nacionales a llevarse el 35,5%; y el gasto en desempleo (pago de prestaciones), que casi se ha duplicado con la crisis: del 5% al 9,6%.

Ambas fueron, del mismo modo, las dos partidas que más dinero exigieron para financiarse (seguidas muy de cerca por el pago de intereses de la deuda).
Fuente: lainformacion.com

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