Nuestra opinión depende de lo que digan los altavoces de los capitalistas

Cuando cuentan cuentos nunca cuentan cuantos cuentos cuentan. Las guerras que declaran los países de derecha juegan con una cosa a su favor: el control de los medios de información para hacer que sus guerras parezcan justas. En la actualidad, el ser humano cree dominar el mundo entero, donde cualquiera puede saber lo que ha pasado o está pasando en casi cualquier parte. Eso suena magnífico, pero todo depende de quién se entera de lo que pasa, quién está ahí para contarlo y cómo lo cuenta.

En España, la cosa va así; tenemos Antena3, Tele5, Cuatro y La Sexta como las cadenas de tv privadas con más audiencia. Tenemos El País, El Mundo, 20 Minutos, Qué y ADN como los diarios con más lectores. Tenemos SER, Onda Cero y Cope como las emisoras de radio más escuchadas.

Antena 3 pertenece al Grupo Planeta y Bertelsmann.Tele5 y Cuatro pertenecen a Mediaset de Silvio Berlusconi y Grupo Prisa. La Sexta pertenece a Globomedia, Mediapró y Televisa. El País pertenece al Grupo Prisa. El Mundo pertenece a RCS MediaGroup. 20 Minutos pertenece a Schibster. Qué pertenece a Vocento. ADN pertenece a Grupo Planeta. SER pertenece a Grupo Prisa. Onda Cero pertenece a Grupo Planeta y Bertelsmann. Cope pertenece a Conferencia Episcopal Española.

Cada uno de estos medios ven el mundo a su manera, pero todos alaban el capitalismo. Y no estoy haciendo una crítica en contra del capitalismo. Simplemente, los señores directores de estos medios y toda la gente que hay detrás, se han aprovechado del propio sistema capitalista para ganar dinero e imponer sus ideas a costa de nuestra visión de la realidad y de nuestra opinión crítica. No sé qué nombre ponerle a eso. Curiosamente, al igual que con los partidos políticos, también hay medios que dicen ser de tendencia izquierdista cuando el realidad no lo son.

Es extraño que caigan en éxtasis cuando hablan del sistema capitalista y luego los ciudadanos siempre tengan problemas económicos. Mi lógica me dice que donde hay gente trabajando con un mínimo de organización, el progreso y la bonanza están garantizados (esto no ocurre en el neoliberalismo, donde los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres). Pero sucede que los “muy listos” no quieren que eso ocurra. Así que de nada sirve que nos digan lo que dicen nuestros políticos. La cosa viene de más arriba, comenzando por la Unión Europea. Digan lo que digan, sé, a ciencia cierta, que todo va a seguir igual durante años y años. Siempre ha sido igual.

Porque nosotros deberíamos estar protestando sin cesar ante tantas aberraciones que ocurren como la guerra, el hambre, la corrupción,… Pero la tele nos muestra otra realidad y nos la creemos. Vivimos en medio de todo eso y morimos igual, ignorando lo que les pase a los demás, reduciendo nuestra conciencia humana hasta asimilarla a la de un animal.

Sólo podemos prepararnos para la próxima guerra, la próxima crisis, el próximo robo de nuestros derechos. El próximo cuento.

Publicar un comentario

0 Comentarios