La Revolución Bolivariana al rojo vivo

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Recientemente se han producido en Venezuela una serie de sucesos que no pueden dejar indiferente a ningún revolucionario. El Congreso Extraordinario del Partido Socialista Unido de Venezuela ha comenzado con grandes expectativas. Pese al sabotaje burocrático en la elección de los delegados (siendo la burocracia una de las principales contradicciones de la revolución en Venezuela), las revolucionarias y revolucionarios han conseguido hacerse notar, y esperemos que sus posiciones sean mayoritarias.

La presentación del cónclave comenzó con un pletórico Chávez hablando de destruir el Estado burgués y recomendando leer el libro de Lenin "El Estado y la revolución". Esta valiosísima obra revolucionaria habla de que, para construir el Estado obrero, es necesario acabar con el ejército permanente y la burocracia y sustituirlos por la clase trabajadora en armas y un funcionariado de cargos obreros elegibles, revocables y rotativos, respectivamente. El Estado, decía Engels, no sirve a la clase trabajadora para su libertad, sino que como todo Estado es un arma de explotación de una clase sobre otra. De esta manera contraponemos la dictadura del proletariado (la hegemonía de la inmensa mayoría de la sociedad) a la dictadura del capital, únicamente para destruir a la clase burguesa y las relaciones de producción capitalista. Este "semiestado" debe entenderse como "Estado comuna", regido por consejos de trabajadoras/es, campesinas/os y soldados; que combine centralización (entendida como funcionamiento coordinado del sistema, no como autoritarismo) y amplia autonomía local.

El congreso se marca como uno de sus principales objetivos la construcción del socialismo y se discute la posibilidad de que dure hasta mediados del año 2010. Si los delegados escuchan las propuestas de las corrientes de izquierda y los militantes y sindicalistas marxistas, cada vez con más peso en la Revolución, podemos estar hablando del principio del fin del capitalismo en América Latina. Para esto es necesario nacionalizar bajo control obrero principalmente las fábricas, la tierra, el sector energético y la banca, así como monopolizar el comercio exterior. Si esto se hace, será posible comenzar a planificar democráticamente la economía, y esta empezará a estar al servicio de las necesidades y los intereses de la mayoría de la sociedad y no de una minoría burguesa que sólo busca ampliar sus beneficios.

Una Venezuela socialista influiría en el continente de una forma que no alcanzamos a imaginar, los trabajadores y trabajadoras de toda América Latina, más a la izquierda, concienciados y explotados que nunca, verían un ejemplo a seguir. Cinco millones de venezolanas y venezolanos son de origen colombiano, por lo que es probable que la ola revolucionaria se contagiara al país hermano y desestabilizara al régimen criminal de Uribe, principal peligro para toda la región por sus bases militares estadounidenses y su sometimiento absoluto al Imperio. En Bolivia, en Brasil, en Ecuador...los trabajadores no quedarían indiferentes, pasarían de ver horizonte a ver tierra firme, tendrían la certeza de que la liberación es posible.

Si este congreso consigue que el Partido Socialista Unido de Venezuela deje de ser un partido burocrático y pase a ser un partido obrero revolucionario, podrá constituirse como vanguardia y llevar a cabo los cambios necesarios para el país, pero también se constituiría como faro de esa V Internacional.

La V Internacional, si finalmente se constituye, va a ser un auténtico campo de batalla. Un campo de batalla entre reformistas y revolucionarios, pero de una batalla que hay que librar por todo el mundo, se trata de ganar posiciones desde el principio con unas estructuras nuevas que aún no están anquilosadas. Por supuesto, todo esto será más fácil para nosotros, si contamos con ese faro que mencionábamos.

Paralelo al Congreso Extraordinario del PSUV se desarrolla, también con sabotaje burocrático, el Congreso Extraordinario de la Unión Nacional de Trabajadores, uno de los principales sindicatos del país. A él han asistido, pese al mencionado sabotaje; sindicalistas revolucionarios y trabajadores/as de fábricas ocupadas, que podríamos decir que están "pariendo" un verdadero sindicato revolucionario, que recoge buena parte de las reivindicaciones mencionadas en este escrito. Se ha nombrado una coordinadora provisional de la que forman parte algunos reconocidos trabajadores marxistas. Con un sindicato de este tipo, los trabajadores y trabajadoras venezolanas tendrían asegurado un poderoso defensor de sus intereses.

Todos estos hechos no van a dejar indiferente a la izquierda mundial y debemos empezar a plantearnos seriamente y sin sectarismos los pasos que iremos dando. Hay que ser valientes, también en Corriente Roja (hacia dentro y hacia fuera) y debatir sobre lo que se viene, de ello puede depender el futuro de la revolución. 2010 será un año al rojo vivo.
http://corrienterojabadajoz.blogspot.com/2009/12/la-revolucion-bolivariana-al-rojo-vivo.html

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